Desde su concepción, se buscó que el nombre de la Asociación tuviera matices espirituales; para lograr dicho objetivo, se acudió a la Dávar (la Palabra) de YAHVEH. Así, se tiene que el ámbito bíblico, «vindicar» en su equivalente hebreo «tsaddik» está relacionado con la justicia divina y la intervención de YAHWEH en favor de las personas oprimidas y las de comportamiento acorde sus estatutos. Algunos ejemplos de esto se encuentran en Génesis (Bereshit) 6:9, donde Noé es llamado «tsaddik»: Noé era un hombre justo y perfecto en su generación; Noé caminó con Dios. También se encuentra en Salmos (Tehilim) 1:6: Porque el Señor conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos perecerá. En la tradición judía, un «tsaddik» es un líder espiritual o un maestro que ejemplifica la justicia y la santidad; también en Salmos 135:14, que sugiere que YAHWEH actúa en favor de aquellos que experimentan injusticias y confían en Él.
Tehilim 135:14 (Biblia Kadosh Israelita Mesiánica) 14 Porque YAHWEH justificará a su pueblo, y se confortará referente a sus siervos.
Ahora bien, en el derecho romano, la palabra «vindicar» tenía un uso específico y técnico. Se refería principalmente a la «vindicatio», que era un procedimiento legal para reclamar la propiedad de un objeto o la restitución de un derecho y era un concepto central en la práctica legal romana, en la que existían ciertas restricciones y condiciones para el uso de la «vindicatio» en el derecho romano. Por otra parte, la «reivindicatio» o acción reivindicatoria era un procedimiento legal que permitía al propietario que no poseía la cosa reclamar su restitución de quien la poseía. Algunas de las condiciones eran:
- Sólo el propietario que no poseía la cosa podía ejercerla para pedir en juicio que la situación de hecho se modificara conforme a derecho.
- El actor debía suministrar pruebas de su derecho de propiedad y demostrar que el demandado estaba efectivamente en posesión de la cosa reclamada.
Si la cosa mueble reclamada formaba parte de otra o si el actor no estaba seguro de su identidad, debía intentar la «actio ad exhibendum» para exigir la separación de la cosa o para que le fuera mostrada por el poseedor a fin de identificarla. La «vindicatio» también podía implicar la reivindicación del estado civil, como en la «vindicatio filii» para recuperar la patria potestad. Por su parte, en el derecho clásico, el demandado era aquel que tenía la posesión de la cosa; y en el derecho justinianeo, se admitía que la acción pudiera intentarse frente a personas que no poseían en el sentido clásico o que habían dejado de poseer dolosamente.
Si el demandado era vencido en juicio, debía devolver la cosa con todos los frutos producidos e incrementos experimentados, siendo la obligación más gravosa para el poseedor de mala fe. Estas condiciones aseguraban que la «vindicatio» se utilizara de manera justa y equitativa, protegiendo los derechos de propiedad y permitiendo la recuperación de bienes de manera legal.
Con el tiempo, el significado de «vindicar» se ha expandido para incluir la defensa contra una acusación o calumnia; y en el contexto del derecho penal, «vindicar» puede referirse a la acción de defender a una persona que ha sido acusada o injuriada, generalmente por escrito, durante el proceso legal. Por ejemplo: un abogado puede vindicar a su cliente presentando pruebas y argumentos que defiendan su inocencia o justifiquen sus acciones.
Además, en algunos sistemas jurídicos como el peruano, «vindicar» se asocia con el acto de defender los actos o hechos de una persona, lo que puede incluir la reivindicación de derechos o la defensa de la reputación de alguien ante acusaciones penales. Asimismo, la palabra «vindicar» se diferencia de otros términos legales similares en varios aspectos clave:
- Mientras que «vindicar» es el reclamo general de algo, «reivindicar» se refiere a la reclamación concreta de algo que se entiende que corresponde a alguien pero que no posee. Por ejemplo: se puede vindicar la justicia en un sentido amplio, mientras que se reivindica la propiedad de un bien específico.
- «reivindicar» es un término menos común que combina «vindicar» con el prefijo «re-», indicando una repetición. Así, reivindicar sería el acto de defender a alguien o algo varias veces.
Esta distinción histórica entre «vindicar» y «reivindicar» aún se aplica en términos legales hoy en día. Estas diferencias son importantes para entender el uso preciso de cada término en contextos legales y cómo cada uno se relaciona con la defensa de derechos, la reivindicación de la verdad o la recuperación de algo personal.
Con la mente puesta en la defensa de personas injuriadas penalmente, y en el mandato bíblico de divulgar la Palabra, y conociendo cómo la vindicación en el ámbito legal y espiritual puede abarcar una amplia gama de temas, desde la protección de los derechos humanos hasta la salvación de las almas (nefesh), nace Vindikaio. Comprendiendo que el uso moderno del término «vindicar» se mantiene fiel a sus raíces latinas y a su evolución histórica, enfocamos nuestra atención en dos de los tres contextos en los que en la actualidad, «vindicar» se utiliza:
- Defender: Se refiere a la defensa y protección de alguien que ha sido injuriado o calumniado penalmente. En el ámbito legal, esto implica la defensa de los derechos y la reputación de una persona.
- Recuperar: En derecho, «vindicar» se asocia con la acción de reclamar y obtener la devolución de algo que legítimamente pertenece a una persona. Esto puede incluir la recuperación de la propiedad o la reivindicación de derechos.
Estos usos reflejan la adaptación del término a los contextos contemporáneos, manteniendo su esencia de buscar justicia y proteger los derechos individuales. Además, buscamos que «vindicar» se enriquezca con matices que abarcan desde la defensa personal y reivindicación social y legal, hasta la enseñanza de la Palabra, en ministerios (especialmente) carcelarios.
En cuanto a la construcción del concepto Vindikaio, se consideró la palabra dikaio, proveniente del griego δίκαιος, que se encuentra en la Concordancia griega de Strong, en la posición 1342, que significa «justo» o «correcto». Encontrando que en el contexto bíblico, aparece al rededor de 320 veces y se refiere a una persona que vive de acuerdo con el sistema de valores u ordenanzas establecidos por YAHWEH; y que el término se usa para describir a alguien que es recto y actúa bien en la vida diaria. Además, por la influencia de la Palabra, en la construcción de Vindikaio se consideró que en el Pacto Renovado (Nuevo Testamento), se enfatiza que una persona se convierte en justa a los ojos de YAHWEH al ser perdonada y santificada por Él.
Asi fue que la etimología de «dikaio» permitió entender que dicha palabra, conlleva una comprensión más profunda de la justicia desde una perspectiva legal, moral y espiritual; destacando la importancia de vivir una vida alineada con principios éticos y divinos, reconociendo que dikaio tiene una relación profunda con la filosofía griega. También se consideró que en la antigua Grecia, la justicia (dikaiosyne) era un concepto central en la reflexión filosófica y ética. Los filósofos griegos, como Platón y Aristóteles, exploraron extensamente la idea de la justicia y su aplicación en la sociedad.
En la construcción de Vindikaio, nos encontramos con que Platón, en su obra «La República», discute la justicia como una de las cuatro virtudes cardinales y la define como el orden y el deber de las partes del alma y de la sociedad; y que para Aristóteles, la justicia es una virtud práctica que se relaciona con la ley y la equidad, y la considera esencial para la vida en comunidad.
También encontramos, que el concepto de dikaiosyne (justicia) es un tema recurrente en muchos mitos griegos, aunque que no siempre se menciona explícitamente con ese término; un ejemplo notable es el mito de Prometeo, que puede interpretarse en relación con la justicia y la injusticia. Prometeo, un titán, es conocido por robar el fuego de los dioses y dárselo a la humanidad; un acto que puede verse como una forma de vindicar la humanidad contra la voluntad de Zeus. Como castigo, Zeus encadena a Prometeo a una roca, donde un águila le come el hígado todos los días, que luego se regenera para sufrir de nuevo al día siguiente.
Este mito plantea preguntas sobre: i) la justicia divina y la justicia humana; y, ii) si el castigo de Prometeo fue justo o no; y aspectos como que la figura de Prometeo se ha interpretado como un símbolo de resistencia contra la tiranía y la búsqueda de la justicia (dikaiosyne) para la humanidad.
Otro mito analizado para crear Vindikaio, es el que toca el concepto de dikaio, esto es, el Juicio de Paris, que llevó a la Guerra de Troya. Paris, príncipe de Troya, tuvo que decidir a quién otorgar la manzana de oro marcada como «para la más bella». Las diosas Hera, Atenea y Afrodita ofrecieron sobornos a Paris para influir en su decisión. La elección de Paris y las consecuencias que siguieron plantean cuestiones de justicia y la naturaleza de las decisiones justas. Vio cómo estos mitos, entre otros, reflejan la complejidad del concepto de dikaio y su importancia en la cultura y la filosofía griegas.
En resumen, dikaio y su concepto asociado de justicia son fundamentales para entender la ética y la moral en la filosofía griega, sirviendo como piedra angular para la construcción de una sociedad equitativa y ordenada. Así fue que a partir de tsaddik y dikaio, dos palabras que evocan poder, justicia y equidad, se decidió que en el vasto lienzo de la web, estas se entrelazaran como hilos de un tapiz ancestral, tejido por la humanidad misma.
Tsaddik, con su resonancia de reivindicación y redención, nos invita a alzar la voz por lo correcto. Es el eco de las luchas pasadas y presentes, la búsqueda incansable de equidad y derechos. En cada clic, en cada página, se manifiesta la necesidad de vindicar lo que es justo. Dikaio, palabra antigua que se despliega como un estandarte en la brisa digital. Su significado trasciende las barreras del tiempo y la cultura. Es la balanza que mide la rectitud, la imparcialidad que guía nuestras acciones. En la web, dikaio es la columna vertebral de la justicia virtual.
Así, en el gran universo de bits y píxeles, tsaddik y dikaio se encuentran danzando en la sinfonía de los códigos, para formar la palabra Vindikaio. Son las piedras angulares de una web que aspira a ser más que un conjunto de páginas: un reflejo de nuestra sociedad; un espacio donde la justicia y la equidad se entrelazan como hilos dorados en un tapiz infinito. Que cada clic, cada página, sea un acto de vindicación y justicia. Que la web sea un faro de dikaiosyne, guiando a navegantes hacia un mundo más justo y equitativo.